viernes, 3 de diciembre de 2010

Sobre la eliminación de la obligatoriedad de las cuotas empresariales a las Cámaras de Comercio

Ayer el gobierno nos sorprendía - al menos a mí - con una medida económica supongo que diseñada con la intención de contribuir a la reactivación de la maltrecha situación del país: la cuotas empresariales a las Cámaras de Comercio dejarán de ser obligatorias. 

La primera observación que quiero hacer es que me parece que esta vuelve a ser una medida aislada y desesperada, de un gobierno que no tiene plan y que necesita a toda costa recuperar credibilidad. Por lo que parece entre los cientos de asesores que tiene a sueldo nuestro presidente ZP ninguno goza de gran imaginación. De entrada es una medida precipitada, tomada sin ningún consenso, sin valorar las repercusiones que puede tener y de un escasísimo valor económico. Las valoraciones de las Cámaras apuntan a un ahorro de unos 250 millones de euros anuales, pero de el que básicamente se beneficiarán las grandes empresas a costa de que miles de pequeñas y medianas empresas dejen de percibir unos servicios claves en estos momentos de crisis como son la formación y las ayudas a la internacionalización, funciones básicas que cubren las Cámaras de Comercio. De nuevo una chapuza con sello ZP.

La segunda consideración que quiero compartir es que durante todos los años que me he dedicado a las asociaciones empresariales, más de veinte, siempre he denunciado la injusticia - incluso inconstitucionalidad - que supone que las empresas debamos pagar obligatoriamente un impuesto por unos servicios que en muchos casos no utilizamos, no pudiendo optar libremente a asociarnos a la organización empresarial que más nos convenga. ¿Se imagina alguien una ley que obligase a todos los trabajadores a afiliarse y pagar una cuota a un sindicato único? Y con esto no estoy en absoluto en contra de la existencia de las Cámaras de Comercio ni critico la labor que realizan, en algunos casos de mucho valor para el tejido empresarial del país. Pero imaginemos una situación intermedia: que las empresas estuviesen obligadas a pagar una cuota a alguna organización empresarial pero pudiesen elegir libremente la organización a la que destinan dicha contribución. ¿No creéis cambiaría mucho el mapa de las organizaciones empresariales?  ¿No se verían obligadas las Cámaras a mejorar sensiblemente los servicios que prestan, aunque solo sea por una cuestión de competencia y supervivencia? 

Tercera y última consideración: la reacción de las propias Cámaras de Comercio ante tal anuncio.  Realmente considero decepcionante el victimismo con el que estas entidades han reaccionado ante la noticia. El propio Consejo Superior de Cámaras ha declarado que los ingresos bajarán un 60%, dando por sentado que si las cuotas no son obligatorias ninguna empresa va a pagarlas Javier Gómez-Navarro, durante una rueda de prensa celebrada junto a los seis vicepresidentes del Consejo Superior de Cámaras, ha declarado  "La capacidad de las Cámaras queda dramáticamente reducida" y que  "la gran mayoría tendrá que hacer frente a un proceso de reestructuración y habrá otras que no podrán sobrevivir". Qué poca fe en ellos mismos.... no? Quizás es esta propia reacción la que me confirma lo que siempre he venido defendiendo (ver segunda consideración).

viernes, 4 de junio de 2010

EL TESORO ESPAÑOL SE CUBRE DE GLORIA
El Tesoro español está insertando en los principales medios europeos un serial de anuncios lamentables. Pregonan que si alguien quiere comprar títulos de deuda pública solvente, ha de pensar sobre todo en el futuro. Añaden que España es líder en energía renovable. Y concluyen que la mejor garantía de que la deuda española se podrá devolver, radica en la enorme inversión que España realiza actualmente en este tipo de energía.
     Pero ocurre que las renovables están ocasionando hoy un déficit tremendo en las cuentas estatales. El gobierno de ZP trata, sin éxito, de rebajarlo. El negocio de las renovables ha crecido de forma artificial a lomos de la subvención y la especulación. Es un sector carente de rentabilidad que para su supervivencia precisa de unas primas infladas, muy superiores a las que dicta el mercado, y que además generan una abultada deuda.
     El Tesoro se puede dar autobombo de mil maneras, pero cae en un ridículo espantoso cuando presume de lubricar un sector que es cualquier cosa menos garantía de un futuro sostenible.

viernes, 21 de mayo de 2010

“Orgías” Renovables (2)
El diario Expansión publica hoy un artículo  que me ha dado pié a actualizar mi post de hace un mes. A día de hoy es necesario emitir 13.500 millones de deuda para cubrir el déficit tarifario de las compañías eléctricas. Esta cifra, casualmente, es similar al plan de recortes presentado por el Gobierno para los próximos dos años. 
Un problema adicional ha surgido debido a que el deterioro de los mercados financieros hace difícil cubrir esa ingente cantidad de deuda. Ahora el Gobierno dice que, a través del Tesoro, va ha exigir a la banca que cubra la venta de esta deuda. Esa misma banca a la que este mismo Gobierno en un ejercicio de populismo bananero tilda en ocasiones de especuladores y causantes de la crisis, cuando el verdadero problema es que la falta de confianza que se ha generado sobre la capacidad de la economía española esta encareciendo la deuda pública. Si el Tesoro Público tiene que emitir cada vez más caro (el bono a 10 años ya está rozando el 4%), también lo deberá hacer el fondo de titularización del déficit tarifario.
Como decía en mi post anterior, se trata de deuda... y algún día habrá que devolverla. Vista la situación actual esta claro que no podrá cubrirse con fondos públicos, por lo que esta claro que la deberemos pagar entre todos vía incrementos en la factura eléctrica.
Un problema añadido es la situación financiera de las propias compañías eléctricas. Según lo acordado en su día, estas ya debería haber cobrado el déficit tarifario. Mientras tanto lo están financiando ellas con un alto coste, lo que les esta provocando una auténtica indigestión financiera, a pesar de los fantásticos resultados que lucen sus cuentas. Por ejemplo Iberdrola carga un déficit de tarifa de 3.784 millones de euros, lo que dispara su apalancamiento financiero hasta el 49%. Endesa arrastra un déficit de 7.019 millones de euros y Gas Natural 1.446 millones. Algunas fuentes indican que "alguna compañía del sector ya no puede aguantar más y necesita cubrir urgentemente este agujero financiero". Los inversores en bolsa empiezan a seguir la situación de estas compañías con suma atención. 


En un país de Fábula 
Las últimas estimaciones elevan a casi 10.000 millones de euros las facturas pendientes de pago por el sector público español. El plazo medio de pago de las administraciones españolas es de 139 días frente a los 65 de media en Europa. Según la Comisión Europea el retraso de los pagos es una sangría que provoca una de cada cuatro quiebras y que destruye cada año 450.000 puestos de trabajo. 
Las administraciones públicas se han convertido en un auténtico embudo que estrangula la liquidez de las empresas, especialmente de las Pymes. Un embudo que se transmite como una bola de nieve al sector privado. En las transacciones privadas tampoco damos la talla: 98 días frente 57 de media en toda Europa. Apenas un 19% de las facturas se pagan antes de 30 días.
Solo que una pequeña parte del dinero que el Gobierno dedica a subvenciones, ayudas, estudios, comisiones... se hubiese dedicado a poner al día los pagos de la administración se hubiesen salvado muchas Pymes y muchos puestos de trabajo, la morosidad no hubiese aumentado tanto y el consumo se habría mantenido en niveles más altos.
Sin embargo las administraciones públicas se siguen escudando en las típicas excusas del mal pagador. La anunciada reforma para reducir el plazo máximo legal de 60 a 30 días no entrará en vigor hasta el año 2013, por lo que la morosidad seguirá siendo un mal endémico de este país durante varios años más. 
Lo más lamentable de todo es que este gobierno, con sus cientos de asesores bien pagados y a pesar de las constantes denuncias de diversos organismos, no sean capaces de ver las consecuencias de esta política en la economía del país. ¿O quizás es que prefieren hacer ver que no lo ven? Como dice el dicho: o los responsables no entienden lo que pasa, o son unos auténticos irresponsables. 
Si algo tenemos son unos dirigentes políticos con grandes dotes de imaginación para fabular. Y como en toda fábula, una moraleja: "nunca escuches lo que no te interese, pero hazlo valer en tu interés cuando te convenga".
Por suerte existe alguna honrosa excepción, como el ayuntamiento de mi ciudad, Sant Cugat del Vallès, que hace más de una año tomo medidas para pagar a todos sus proveedores en un plazo máximo de 30 días.

Datos extraídos de un Artículo de Eliseu Santandreu, asesor económico del Centre Metal.lúrgic, publicado al Diari de Sabadell el 21 de mayo del 2010

lunes, 26 de abril de 2010


“Orgías” Renovables

La Unión Europea ha fijado que en el año 2020 todos los países miembros deberán cumplir con que al menos un 20% de la energía que produzcan deberá provenir de energías renovables. España está a la cabeza mundial (si, si, lo habéis leído bien… mundial!) en la implantación de energías renovables, invirtiendo a un ritmo que le permitirá superar con creces ese 20% dentro de diez años. En un mundo ideal, y si fuésemos una de las potencias económicas mundiales, esta situación sería perfecta.

La producción de energías renovables, principalmente eólica y la fotovoltaica, tienen una alta variabilidad y muy baja predictibilidad. Por sí mismas no pueden asegurar un suministro constante y adecuado a la demanda, ya que si no hace sol o no sopla el viento no se produce energía. Por otro lado la energía eléctrica no se puede almacenar, por tanto hay que producir en cada momento la energía que se consume. Para conseguir una eficiencia adecuada es clave que estas instalaciones se apoyen con centrales de ciclo combinado que funcionan con gas, con un alto rendimiento y bajo impacto medioambiental. La rápida parada y arranque de estas instalaciones las hacen fundamentales para garantizar la cobertura de la demanda ante la variabilidad de las renovables. Lo que no suele decirse es que esta realidad tan evidente supone una doble inversión: por cada instalación de energía renovable hay que invertir en la instalación de una fuente alternativa que garantice la cobertura de la demanda en caso de que no brille el sol o no sople el viento.

¿Cuál es la situación actual en España? En 2009 el 29% de la generación eléctrica se produjo a través de centrales de ciclo combinado, un 18% de energía nuclear, eólica un 13%, carbón 13% e hidráulica 8%. La energía fotovoltaica representó tan solo un 2% del total (2.000 MW instalados). Esta última, a pesar de lo que se diga,  se encuentra en una fase muy lejos de una razonable madurez tecnológica que justifique una implantación masiva. Según datos del 2009, el coste medio de generar un megavatio (MWh) con sistemas tradicionales (gas, carbón, nuclear, hidráulica) fue de 38 euros en 2009. El coste de  1 MWh de energía eólica cuesta 81,5 euros, y el de 1 MWh de energía solar cuesta 468 euros. 

El sistema español estableció un sistema de ayudas a las energías renovables de manera que el déficit entre el coste real de la energía y el precio de venta se fuese provisionando a la espera de tomar una decisión al respecto. De momento montamos la fiesta, nos lo pasamos de miedo…. y luego ya veremos quién paga.

A medida que las energías renovables aumentan en el mix energético del país, el déficit aumenta. Solo en 2009 el déficit de tarifa ascendió a 4.616 millones de euros (la previsión del gobierno era de 3.500).  Ya actualmente un tercio de la factura que pagamos los consumidores corresponde al sobrecoste de las energías renovables. Para hacernos una idea de la magnitud de esta cifra el plan de soporte a las energías renovables impulsado por Barack Obama para los próximos diez años en EEUU es de 15.000 millones de dólares, 1.500 millones de dólares al año (1.100 € aproximadamente).

Para cubrir el resto del déficit existen varias soluciones:
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  •   Incrementar la factura de electricidad y pagarlo entre todos proporcionalmente a nuestro consumo. Según recientes declaraciones de Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, el incremento mínimo debería ser del 20%. El problema es que no sabemos si muchas industrias, intensivas en costes de energía, podrán seguir siendo competitivas.  Según datos del Eurostat entre 2008 y 2009 España ha perdido competitividad en el precio de la energía respecto al resto de países de la UE27. La factura doméstica ha pasado de ser un 4% inferior a la media en 2008 a ser un 4% superior en 2009. La factura industrial ha pasado de ser un 11% inferior a estar a la par con el resto de países. Y esto en un solo año!!! Por tanto ya se ve que incrementar el precio de la electricidad puede ser poco “sostenible”.
  •  Que el Estado asuma el déficit y…. pagarlo entre todos. No es muy diferente a la anterior, aunque permite al gobierno de turno más flexibilidad en distribuir el pago de la factura de una manera electoralmente más rentable. Por ejemplo “que paguen más las empresas y menos los consumidores particulares que son los que nos votan…. Para cuando hayan cerrado las empresas y la gente no tenga trabajo nosotros ya estaremos jubilados”.
  •  No hacer nada, ya afrontaremos el tema cuando pasen las elecciones si las ganamos, y si las perdemos los de la oposición ya se apañarán……  En resumen, nosotros nos vamos de fiesta, nos lo pasamos en grande…. y nuestros hijos ya pagarán las facturas. Triste herencia, pero de momento parece que esta es la estrategia elegida por nuestros gobernantes.

En todo caso a ninguno de nosotros nos han pedido nuestra opinión. Pagaremos y punto.

Mientras tanto el déficit tarifario y las subvenciones del gobierno están siendo muy efectivas para:

  • que algunas empresas que se dedican a las renovables ganen muchísimo dinero (Iberdrola, Acciona, Entrecanales, Abengoa…)  y en general las empresas eléctricas del país son las que más dinero ganan en una época de crisis como esta.
  •  importar cantidades ingentes de paneles solares, principalmente de China, fabricados con procesos altamente contaminantes y tecnologías muy poco eficientes. La vida de un panel fotovoltaico es, teóricamente, de unos 20 años. ¿Alguien se ha preguntado qué haremos con millones de placas altamente contaminantes cuando dentro de 15 o 20 años dejen de producir electricidad? ¿Cómo se reciclarán? ¿Qué coste tendrá reciclarlas? ¿Quién pagará la factura? ¿No estaremos ante otra barbaridad medioambiental como las placas de URALITA que actualmente cubren millones de metros cuadrados de tejados y nadie sabe qué hacer con ello? ¿De verdad nos interesa la salud de nuestro planeta, o solo nos preocupamos de la de nuestro “trocito” de planeta?


Y por último… por favor, seamos coherentes!! ¿Cómo se entiende que el presidente del gobierno acudiese a Copenhague defendiendo que en España se apoya la energía limpia y, al mismo tiempo, se potencie con ayudas económicas el carbón autóctono cuando es una de las energías más contaminantes del planeta?

¿Hay que estar a favor de la producción de energías limpias? Por supuesto, sin ninguna duda…. pero no a cualquier precio.

P.D. Según el diccionario de la RAE, Orgía: Festín en que se come y bebe inmoderadamente y se cometen otros excesos.